Por: Nancy Díaz Larrañaga
Los temas propios de la epistemología o teoría del conocimiento (del griego, episteme, "conocimiento"; logos, "teoría) es el estudio de la producción y validación del conocimiento científico: se ocupa de la definición del saber, los tipos de conocimiento posible y el grado de certeza que puede alcanzar el conocimiento. Uno de sus problemas esenciales es el de la "verdad" o la "certeza", es decir, hasta qué punto las teorías científicas se ajustan a la realidad. Esto fue así inicialmente, desde la aparición de la ciencia moderna, y es aún así para las filosofías del conocimiento de tipo positivistas. Sin embargo, desde hace más de medio siglo, existen epistemologías "alternativas" –que desarrollaremos en la última unidad- que no se preocupan por la "verdad" ni la certeza, ya que creen que son inalcanzables, sino que, más modestamente, hablan de la adecuación de nuestras proposiciones sobre el mundo a lo que parece que ocurre en él.
Hay dos enfoques epistemológicos muy conocidos; uno es el que propone Kart Popper y que se basa en la "falsación": una teoría debe ser sometida a todo tipo de pruebas y sólo después de que las supere, podemos pensar que está momentáneamente validada. Este modelo se denomina "hipotético-deductivo". El otro pertenece a Thomas Kuhn, quien piensa que una ciencia se organiza en torno a un paradigma que avanza, se consolida, madura y finalmente es reemplazado por un nuevo paradigma. Los paradigmas actúan como tradiciones de pensamiento que se transmiten en la formación de las nuevas generaciones de científicos e implican una determinada visión del espacio cognitivo en el que una disciplina particular desarrolla su actividad productiva. Una idea fuerte de la epistemología
kuhniana es la de "reproducción": alude a las tradiciones que operan en un campo. Si el conocimiento se acumula, es porque todos los avances están forjados sobre la base de un mismo modelo o paradigma. Si el conocimiento responde a paradigmas distintos (tiene presupuestos de partida distintos, conceptos distintos, metodologías distintas), no puede acumularse. Los paradigmas son inconmensurables entre sí, es decir que desde un determinado paradigma no podemos discutir una teoría que corresponde a un paradigma diferente. Los paradigmas organizan nuestra percepción del "mundo social".
Uno de los paradigmas analizados es el evolucionismo. El evolucionismo es una de las concepciones que pernean de manera más profunda nuestras nociones de sentido común. Parten del establecimiento de distintos "estadios" de la civilización humana y de la descripción de la historia como un proceso de progreso continuo, que ha llevado del salvajismo a la barbarie y de la barbarie a la civilización. Las ideas de evolución y progreso presuponen en alguna medida que "el futuro será mejor", ya que la historia traza para la humanidad un destino ineluctable: alcanzar el
bienestar, la felicidad, acercarse cada vez más al paraíso terreno. El evolucionismo tiene bases teóricas en las teorías de Herbert Spencer y Charles Darwin. La transformación del mono en hombre es ejemplo de este proceso evolutivo que sólo tiende a alcanzar la perfección. No me extiendo más pues encontrarán explicado esto en el texto. Pero sí me interesa particularmente asociarlo con una metodología en particular: el método comparativo.
Si bien la clasificación de lo existente es el primer procedimiento que ordena el saber para convertirlo en ciencia, supone un orden del mundo natural y también del mundo social. Sobre la base de las clasificaciones, se realiza una abstracción y generalización y se opera una reducción que permite establecer tipologías, categorías más amplias. Un buen ejemplo de las tipologías que clasifican el mundo es la que se aplica a las razas; la humanidad se divide así según "el color de su piel" en raza blanca, amarilla, roja y negra. Las clasificaciones permiten también establecer jerarquías. Desde la visión eurocéntrica de los científicos sociales, la raza blanca, el mundo europeo, coincidía con los niveles más altos de la civilización y con las especies más evolucionadas. Comentario lateral, pero que permite ver las consecuencias nefastas de este paradigma: un científico, Lombroso, estableció una tipología de los criminales, midiendo cráneos, estaturas y comparando los rasgos de la población carcelaria.
Veamos el "sesgo" del que adolece su investigación: si existiera alguna otra razón para que ciertas personas estuvieran en la cárcel, y no otras (por ejemplo, que los ricos no van a la cárcel por más que comentan delitos, y que los pobres y los extranjeros siempre van a dar allí), el estudio de Lombroso no tomaría en consideración una parte importante de los criminales: los no encarcelados ricos. Compondría entonces su categoría del criminal sobre la base de los incriminados encarcelados, que pueden estarlo por otras razones que el delito. Consecuencias prácticas: alguien que porte esta característica social (ser pobre, con sus consecuencias anatómicas, o ser extranjero) sería identificado como "criminal potencial" y ser tratado como tal porque presenta una fisonomía que se corresponde con una tipología sesgada.
En cuanto al campo de la comunicación, el evolucionismo se hace patente en dos grandes grupos de teorías: las que analizan las tecnologías (toda "evolución tecnológica" será para mejor, siguiendo la dirección hacia adelante y hacia arriba que señala la flecha del progreso) y en las teorías de la modernización, una versión que pretendía exportar el desarrollo de Estados Unidos hacia el Tercer Mundo, sobre todo a América Latina, y que caracterizaba a las poblaciones como "retardatarias", "conservadoras", "modernizadoras" y "pioneras", según su predisposición al cambio, especialmente referido a los cambios en los hábitos de consumo y en la incorporación de la tecnología. Ejemplos de un cierto evolucionismo tecnológico (fácilmente reconocible por su optimismo, "toda tecnología nos conduce a un mundo mejor") pueden encontrarse en teóricos tales como Mc Luhan y, entre nosotros, Alejandro Piscitelli. Ejemplos de un cierto evolucionismo desarrollista y modernizador, en Everett Rogers y Wilbur Schramm, entre otros. Este último grupo es especialmente activo durante los años '60 y vinculados a la expansión del consumo. Podría extenderme mucho más sobre este punto pero es necesario que pasemos al positivismo.
El positivismo centra su investigación en las manifestaciones observables del mundo social. Tiende a asimilar la investigación social a los presupuestos de las ciencias naturales; busca leyes comprobadas en campo y expresa una predilección por los experimentos. El positivismo es un paradigma dominante en ciencias que expresa también una vocación de igualar mundo social y mundo natural. El ser humano es asimilado al animal y, como él, sus conductas responden a estímulos y castigos. La psicología conductista participa de estas postulaciones: la lógica del estímulo-respuesta es ampliamente compatible con la lógica de un emisor que envía una señal a un receptor, que tiene efectos sobre él.
En las ciencias sociales en general y en comunicación en particular, la posición epistemológica del positivismo nutre a las teorías funcionalistas. Normalmente todos las conocen: Lasswell, Lazarsfeld, Merton, Berelson, entre los nombres más conocidos de la Mass Communication Research. ¿Cuáles son los presupuestos de este paradigma? En primer lugar, si el evolucionismo consideraba la existencia del cambio social (siempre para mejor), y tenía en este sentido una mirada dinámica de la historia, el funcionalismo considera a la sociedad como un sistema estático, en equilibrio. Las dimensiones de la historia y del conflicto son excluidas de su análisis. En cambio, identifican componentes ligados entre sí linealmente. A cada uno de ellos le cabe una función de la que depende el conjunto. Bien mirado, se asemeja a una fisiología social; la sociedad es pensada bajo la metáfora orgánica como un cuerpo cuyas partes interactúan. Una conducta o reacción inesperada constituye una anomalía, una desviación, y debe por lo tanto ser neutralizada. ¿Recuerdan las funciones que Lasswell asignaba a los medios (transmisión de la herencia social,
vigilancia del entorno, interconexión de las partes)? Resulta fácil asimilarlas a las funciones de un organismo vivo: alerta ante las amenazas del exterior, funcionando por interrelación de sus órganos e incorporado a la sociedad por una tradición (no lo pensaba Lasswell, porque los desarrollos de la genética son posteriores, pero la herencia puede ser simplemente la información contenida en los genes). Si los medios producen un "efecto narcotizante", esto se debe a una "disfunción".
En términos metodológicos, la investigación social funcionalista es empirista: su producción de conocimiento se basa en la recolección de información en campo, especialmente de tipo cuantitativa (recordemos que el lenguaje de las matemáticas es el lenguaje por excelencia de la ciencia, para el positivismo), utilizando tests y cuasi-experimentos. En este sentido, Lasarsfeld produce una verdadera transformación cuando propone una forma de medir "lo que se piensa", la opinión, merced a una técnica que permita objetivarla, como la encuesta. Por otro lado, también Lazarsfeld va a postular que el individuo pertenece a un contexto y que éste pesa sobre sus opiniones y creencias. La teoría de la comunicación en dos pasos introduce la idea de que el individuo debe ser referido a sus contextos de pertenencia, donde existen tradiciones y donde se inviste a ciertos individuos del valor de la autoridad: el líder.
Resta mencionar a otro de los personajes centrales del funcionalismo: Hovland, quien se aboca a estudios de corte psicológico, especialmente a los efectos de la propaganda sobre la moral de los soldados. Posteriormente, estos desarrollos serán aplicados al campo de la publicidad. Los estudios se basaban en la estructura clásica del experimento, en donde el investigador manipula una variable manteniendo las demás controladas. Los soldados completaban un test (el pre-test) al ingresar, donde se recavaba información sobre las "variables dependientes" (sexo, edad, religión, composición familiar) y sus opiniones previas. Luego se los exponía a un film (variable independiente) y finalmente, se volvía a aplicar un test para ver si sus opiniones o actitudes se habían modificado. Noten lo que se denomina "individualismo metodológico": la unidad de análisis es el individuo aislado, presuponiendo que sus
opiniones y actitudes se forman individualmente y no en relación con un espacio social. Frente a esto, las propuestas de Lazarsfeld constituyen toda una avanzada.
En cuanto a teoría de la comunicación, la Mass Communication Research podemos decir que es la primera que surge. Su mayor mérito es que delimita el campo. La "paternidad" de esta escuela es adjudicada a Harold Lasswell, quien logró sintetizar los componentes de la comunicación en cinco preguntas: ¿a) quién, b) dice qué, c) a quién, d) por qué canal y e) con qué efectos? Como ya vimos, este interés surgió en el período entre guerras, en el cual el interés por la propaganda se había hecho muy importante. Entre otras razones, la importancia de la propaganda estaba dada por el carácter mundial de las guerras. Cuando un ejército enemigo ataca e invade el territorio nacional, la guerra se justifica a los ojos de una población pero, ¿por qué mandar a sus jóvenes a morir a causa de una alianza política entre naciones? La acción bélica y sus consecuencias se vuelven mucho menos evidentes, mucho menos legítimas. La propaganda ofrece argumentos, caracteriza al enemigo como enemigo de los valores nacionales, convence de la amenaza que implican, etc.
Vamos a analizar un poco cada una de las corrientes que integran esta escuela desde el punto de vista epistemológico y metodológico. El "Modelo hipodérmico" (estímulo-respuesta): aquí hay algunos supuestos implícitos muy fuertes, como pensar que el ser humano es semejante a un animal y que por lo tanto, puede ser estudiado bajo el mismo método (vemos aquí plasmada la consigna de "unidad del método de la ciencia" que es propia del positivismo). Esta idea se basa en los estudios de Pavlov sobre los reflejos condicionados en los animales: si antes de alimentar a un perro, tocamos una campanilla, en cada ocasión que la toquemos el perro va a salivar y a tener las mismas reacciones que si estuviera a punto de ser
alimentado. Ha establecido una asociación entre la comida y el sonido y por lo tanto, éste produce en él un cierto efecto. Skinner aplica estos principios a la vida psíquica de los individuos, desarrollando lo que se conoce como "psicología conductista" y que es muy aplicada a la educación, que se basa en los estímulos-respuestas. Estos estímulos pueden ser positivos (premios) o negativos (castigos). Este estímulo debe ponderarse en función del emisor, el mensaje y el canal.
Lo que Lasswell está tratando de decir, basándose en estas teorías, es que una emisión mediática oficia como estímulo que acarrea ciertos efectos. Los efectos son conductas que pueden verificarse en los individuos; es decir que el conductismo es, metodológicamente, monista. En el plano metodológico, Lasswell desarrolla dos tipos de análisis: el análisis cuantitativo del mensaje (análisis de contenido) y el análisis de los efectos. Es importante aquí, para marcar la diferencia con el modelo que sigue, retener que los efectos son considerados en términos de conductas.
Esto implica observar y registrar los resultados "reales": un estímulo ejerce una acción sobre un sujeto, y sus efectos se conocen midiendo sus conductas en su ambiente natural. Por su parte, el análisis de contenido establece algunas correlaciones entre palabras (sustantivo y adjetivos, nombres y verbos) o de frecuencia de palabras, etc. Es un análisis lingüístico poco refinado pero que permite establecer algún tipo de
inferencias manifiestas en un texto, que evidencian una posición ideológica u opinión. El análisis de contenido trabaja con muestras de textos, generalmente obtenidas por muestreos aleatorios sobre el total de los artículos o piezas textuales totales.
En cuanto a la siguiente vertiente, la psicológica-experimental, no presenta características demasiado disonantes en relación a la anterior, si bien no opera en contextos naturales sino que potencia la actividad de predicción a partir de experimentos en contextos artificiales. Veámosla más en detalle: utiliza la forma del experimento o del cuasi-experimento, manipulando una variable y midiendo efectos. Nos interesa destacar que estos experimentos tienen la función de predecir, de anticipar reacciones. En la actualidad, son utilizados frecuentemente en publicidad, para saber si una pieza publicitaria dará el resultado deseado. También aquí se utilizan métodos cuantitativos, como el test y la encuesta o cuestionario cerrado. A menudo se trabaja con grupos experimentales (a los cuales se les aplica la variable) y grupos de control (sin intervención de la variable).
Por último, el enfoque sociológico (como el de usos y gratificaciones, o de los "efectos a largo plazo") implica la incorporación de varias mediaciones entre el estímulo y la conducta del individuo: el primero es la mediación social. El individuo es un individuo en contexto, que forma parte de un "pensar-actuar" colectivo: profesa una religión, pertenece a una cierta línea de tradiciones familiares, participa de grupos que comparten y discuten opiniones y donde existen "líderes" o voces autorizadas (la teoría del líder de opinión sugiere esto). en fin, hay una restitución de la situación social. Las investigaciones salen del "laboratorio" y pasan al campo. No es que se vuelvan holísticas, pero rompen con el monismo metodológico extremo y con la psicología conductista. Aquí la encuesta se convierte en la herramienta privilegiada.
Las variables consideradas intervinientes se multiplican y diversifican. Inclusive hay una diferencia en la valoración de los efectos, que son "limitados", desde estas perspectivas, en función de las circunstancias particulares de un grupo dado. El polo de la recepción alcanza una mayor autonomía, las audiencias perciben de acuerdo a ciertos esquemas cognitivos previos, seleccionan según sus intereses y finalmente refuerzan sus opiniones, mucho más de lo que las modifican, en función de los mensajes de los medios. Esta última vertiente se va alejando de la psicología conductista para acercarse más al cognitivismo. En cuanto a los medios, no se les asigna un poder mayúsculo sino un poder limitado a la "fijación de agenda", es decir, la capacidad de introducir temas de debate en la opinión pública, pero no de definir de qué manera debe pensarse sobre ellos. Estas líneas de investigación van a terminar confundiéndose con una corriente tan lejana a sus concepciones iniciales como los
Estudios Culturales ingleses de 3º generación. Como vemos, van incorporándose muchas restricciones a pensar "efectos" y se pasa de un receptor pasivo, de una interioridad nula o absolutamente disponible, a un receptor medianamente activo, partícipe de un mundo social que le transmite esquemas cognitivos, opiniones y valores.
Si quisiéramos hacer un mínimo balance de las "herencias" que nos dejó la Mass Communication Research, la primera sería considerar la enorme cantidad de pequeños estudios empíricos a los que dio origen, estudios que no aportaron demasiado en términos de teorías.
Una teoría posterior, que revisaremos muy rápidamente, es la llamada "Teoría matemática de la comunicación", que debe su formulación al ingeniero Claude Shannon (el conocido modelo de Shannon-Weaver. Weaver era su maestro). Este modelo apunta a resolver una cuestión técnica, un problema ingenieril: el ruido en las líneas de comunicación. El esquema identifica una fuente, un codificador, una señal, un decodificador, un receptor y un canal. Está pensando la transmisión de señales entre máquinas y no un diálogo humano. El modelo es lineal, claramente, e
hipersintético. La comunicación es reducida a una señal. Esto no sería grave si se aplicara solamente a detectar las fallas de los sistemas técnicos, el problema es que rápidamente se extrapoló a la comunicación humana: ésta, sin embargo, no es lineal; alcanza su sentido pleno en relación a su contexto; los roles son intercambiables (hablamos de interlocutores, y no de emisores y receptores) y el significado es esencial a todo el proceso. El "ruido" en la comunicación humana no es una falla de transmisión sino, muchas veces, la diferencia de marcos interpretativos entre los interlocutores. Este modelo respetaba la regla del conocimiento sobre la máxima simplicidad, y parecía hacer de la comunicación una ciencia físico-natural, puesto que sus orígenes debían rastrearse en la matemática y la cibernética.
Norbert Weiner ofrece otro modelo que incluye la noción de feedback o retroalimentación. Esto es una respuesta subsidiaria que permite la corrección de la emisión. Aplicado en primer lugar a los misiles, que corregían gracias a un sistema de radar su trayectoria según los movimientos del objetivo para alcanzarlo e impactar en él, fue también aplicado a la comunicación mediática. Así, el feedback pasó a ser el llamado telefónico a un canal de TV, una carta de lectores, etc.
Estos modelos fueron aplicados a las situaciones normales de comunicación, sin decir gran cosa de ellas. Posteriormente, el lingüista Roman Jakobson se inspira en ellas para formular un modelo de seis componentes que definen "funciones del lenguaje".
La comunicación parecía así conformarse como una ciencia. El problema es que, para ello, dejaba afuera la cuestión de la significación, el sentido y la relación social, casi, aquello que le daba peculiaridad como campo.
Si en las primeras versiones del funcionalismo el individuo es indicado como un sujeto aislado y su psiquismo se reduce a responder a estímulos, en los modelos matemáticos el actor social concreto desaparece totalmente, no es considerado en modo alguno, no existe.
Salvo en la corriente más sociologista del funcionalismo, en todas estas teorías hay una intención de captar la verdad, entendida como reflejo de la realidad aprehensible con instrumentos científicos neutrales. Estos modelos se orientan a la "objetividad" eliminando inclusive la dimensión subjetiva de los individuos analizados.
Dada su extrema simplicidad, tanto el modelo matemático como el paradigma lasswelliano se han divulgado ampliamente y conforman un "sentido común" para cualquiera que se refiera a la comunicación, especialmente a los medios. La idea de manipulación, que estaba presente en las teorías de la sociedad de masas que ya estudiamos, puede asimilarse al "estímulo-respuesta". En cambio, la teoría matemática no considera siquiera esta relación (una relación humana de poderes asimétricos); es totalmente a-humana y, en ese sentido, invariable, como una ley física.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)

No hay comentarios:
Publicar un comentario